El Tomo II, en la Sexta Parte titulada "Filosofía del Derecho en la Edad Moderna", recoge las múltiples ideas que fueron pensadas y expresadas por muchos filósofos del derecho, desde el siglo XVII con el iluminismo que se inicia en Italia y se extiende a Francia, Holanda, Inglaterra y Alemania.
El siglo XVIII, llamado "Siglo de las luces", desarrolla la lucha de la razón contra la autoridad, lo representan Christian Thomasius y Christian Wolff.
Al desarrollar la filosofía jurídica del siglo XVII, nos ocupamos de Juan Bautista Vico, Montesquieu, David Hume, Adam Smith, Voltaire, Diderot, d'Alembert y Rousseau.
Con referencia a la Revolución Norteamericana, se ha tratado del estudio de los filósofos y políticos: Thomas Paine, John Adams, James Wilson, Thomas Jefferson, Alexander Hamilton y James Madison.
En el idealismo alemán, se ha estudiado los pensamientos filosóficos de los cuatro grandes representantes: Immanuel Kant, Friedrich Hegel, Johann Gottlieb Fichte y Friedrich von Schelling.
La Séptima Parte, denominada "La Filosofía del Derecho en la Edad Contemporánea", comienza por el estudio de la Revolución Francesa, su influencia en el mundo, con sus principios de libertad e igualdad y los derechos del hombre.
El Capítulo II desarrolla in extenso el Derecho Natural y Derecho Positivo, trata de Arthur Schopenhauer; el positivismo y sus representantes: Auguste Comte, Jeremias Bentham, John Stuart Mill y Herbert Spencer, Julius Hermann von Kirchmann, la Escuela Histórica y sus representantes; la filosofía de la vida y sus representantes; el historicismo alemán y representantes: pragmatismo e instrumentalismo, y sus seguidores; la fenomenología y sus seguidores; Ernst Cassirer, El existencialismo y representantes; Sigmund Freud y el psicoanálisis y la rebelión de Adler y Jung contra Freud, Hans Georg Gadamer; Niklas Luhmann; Rudolf Stammler y concluye con Giorgio del Vecchio.
Es magnífica la oportunidad para repetir con José Ingenieros la advertencia dedicada a los jóvenes: "Respetad el pasado en la justa medida de sus méritos, pero no lo confundáis con el presente ni busquéis en él los ideales del porvenir: no es verdad que todo tiempo pasado fue mejor.
Mirad siempre adelante, aunque os equivoquéis: más vale para la humanidad equivocarse en una visión de aurora que aceptar en un reposo de crepúsculo. Y no dudéis que otros, después, siempre, mirarán más lejos; para servir a la humanidad, a su pueblo, a su escuela, a sus hijos, es necesario creer firmemente que todo tiempo futuro será mejor."
