Jurídicamente sabemos que existe una injerencia del Derecho Civil en nuestra sociedad y, con frecuencia, pactamos la firma de un contrato o hacemos una sucesión intestada, de tal forma que realizamos actos jurídicos de forma cotidiana, aun sin analizarlo detenidamente.

Aunque todo nace desde la concepción de persona, estamos regidos por lo que determina nuestra normativa civil. En este aspecto tratamos de exponer de forma didáctica las teorías que definen la condición del concebido.

Es así que el concepto de persona y sujeto se entrelazan, para que se establezcan sus derechos y obligaciones, las cuales requieren de una regulación para salvar esos vínculos con los que se tiende a desenvolver, sea individual o colectivamente. De este modo, se crean relaciones jurídicas mediante actos jurídicos en los que deben cumplir los requisitos de validez para pactar acuerdos o compromisos, sean de índole contractual o extracontractual.

Es así que entre los actos más comunes dentro del ámbito contractual tenemos, por excelencia, a los contratos. La libertad contractual o la primacía de la voluntad de los contratantes son tópicos que dan origen a este acto, revistiéndolo de formalidad según lo establecido en nuestro ordenamiento civil, para fortalecer nuestra seguridad jurídica y garantizar una convivencia social pacífica.

Aunque, en otro ámbito del vínculo extracontractual, tenemos la responsabilidad creada a través de diversas circunstancias, sean ajenas o no a la voluntad de los sujetos. Dicha responsabilidad se gradúa o exonera según la magnitud del daño causado.

Es así que presentamos, de una forma clara y didáctica, aquel desenvolvimiento de los actos jurídicos que se presentan comúnmente.

Hemos de destacar que, con un mundo en constante cambio, el Derecho Civil como aquella rama que norma nuestra vida en sociedad debe adaptarse a los nuevos acontecimientos para poder regularlos, pero para ello es importante conocer previamente los Principios Básicos del Derecho.