Cada forma de criminalidad organizada, ya sea simple o compleja, busca siempre influir en tres ámbitos conocidos: el económico, el político y el tecnológico. Desde la Convención de Viena de 1988, se ha establecido gradualmente una lucha contra el enfoque económico, ya que el crimen organizado y otras formas de criminalidad contemporánea, como la gubernamental y la empresarial, están siempre en constante proyección por instinto de supervivencia.

Sin embargo, desde los tiempos de Pablo Escobar, la exploración para conquistar nuevos horizontes de dominio político ya no es una simple respuesta del ego de los poderosos líderes de las organizaciones criminales, sino que se ha convertido en una herramienta tan necesaria como el recurso del dinero.

También, hoy es posible afirmar que la criminalidad organizada y contemporánea ya no son aquellas que conocimos en el siglo pasado, porque la criminalidad gubernamental y empresarial están siguiendo los mismos pasos que la criminalidad organizada.

En la presente investigación jurídica, se establecen las bases para la criminalización del delito de financiamiento ilegal de partidos políticos, como parte de una política internacional integral contra las organizaciones criminales.