La institución jurídica denominada extinción de dominio no solo es una respuesta de política criminal del Estado frente al avance e incremento del patrimonio ilícito de las organizaciones criminales y delincuentes de variada laya, sino que ante todo es un verdadero instituto de justicia que permite preservar los valores ético-sociales a través del reconocimiento y la protección de la propiedad legítima.

La Ley de Extinción de Dominio, recogida en el Decreto Legislativo N.º 1373, desde su corto tiempo de vigencia ha significado una herramienta eficaz y eficiente en la lucha contra ese patrimonio ilícito (en su origen y/o destino).

Maquiavelo, con dureza, y cierta verdad, decía: Los hombres olvidan antes la muerte del padre que la pérdida de su patrimonio. Y parafraseándolo, desde el campo de la extinción de dominio, se afirma: Los delincuentes prefieren la pérdida de su libertad antes que la extinción de su patrimonio. Allí radica la importancia de esta figura jurídica.

El presente libro sigue el diseño que el legislador plasmó en la norma especial; por ello, desglosa y comenta cada uno de los artículos de la Ley de Extinción de Dominio, y evalúa tanto sus luces como sus sombras. En esta dirección, se torna en una fuente de consulta imprescindible.